27 de agosto de 2010

Trace-class

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"Modelo Productivo"=aumento la tasa relativa de PBN, pero con una política fiscal (tributaria) contractiva (pro-burbuja-insolvencia intertemporal).
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"Convertibilidad"= aumento la tasa relativa del PBI (caída de la tasa relativa del PBN), pero con una política monetaria que se vuelve ultra-contractiva (por el anclaje a un dólar en amplia revaluación), y posiblemente, también con una política fiscal (tributaria) dañina.
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Ambos casos, tienen una amalgama y composición de microeconomía y macroeconomía
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PBN vs. PBI: cuestiones microeconómicas.
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Lo demás, es macroeconomía. El complemento, en términos matemáticos.
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El debate académico y social persiste en desconocer las cuestiones macroeconómicas y confundirlas con las microeconómicas. Así, hay de los que prefieren* (con fundamentos?) una economía más abierta/liberalizada/internacionalizada, etc. Y los que la prefieren más cerrada/controlada/des-internacionalizada. Y lo hacen desconociendo que en cualquiera de ambos casos, la macroeconomía es independiente** de cualquiera de ellas, y opera en cualquiera de ellas.
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Esto demuestra entre otras cosas, que la creciente intervención en el pasaje hacia una economía más estatal puede ser totalmente a contramano de los principios de la macroeconomía (ej. la socialdemocracia de Keynes, entre otros). Así como que la apertura y el aperturismo per se, puede ser en ocasiones una microeconomía totalmente a contramano de los principios de la solvencia intertemporal (macroeconomía).
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*(individuos, oradores, corporaciones, buenos vecinos y no tan buenos, etc.)
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**La independencia de la macroeconomía puede enunciarse entre otras cosas, así: una macroeconomía sana puede posibilitar la solvencia intertemporal de un régimen aperturista previamente establecido (ej. un régimen de tributación no arbitrario y una política monetaria que evite ser enormemente contractiva), y una macroeconomía sana puede posibilitar la solvencia intertemporal de un régimen de creciente nacionalización (ej. una política de moneda barata, mediante un régimen de tributación no arbitrario y, mucho menos, crecientemente arbitrario).
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De esta manera se comprende que ir hacia una macroeconomía sana, cualquiera sea el régimen microeconómico vigente (uno afín a las ilusiones que van del centro hacia la izquierda, tanto como uno afín a las ilusiones que van del centro a la derecha), podría evitar el ciclo de violento cambio de régimen microeconómico (ciclo indiferente de la macroeconomía, es decir, ciclo de violento cambio de régimen microeconómico que preserva inalterado el dañino régimen macroeconómico, y cuyos resultados son bien conocidos, sobretodo por la sociedad concreta).
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Sugerencia para el lector furtivo: cuando la macroeconomía sea referida, como sustantivo o como adjetivo, lo abrumadoramente más probable es que allí no se encuentre macroeconomía alguna (el desarrollo de la macroeconomía como disciplina deberá seguir esperando; paradójicamente, en un país que se caracteriza por la crisis, a pesar de inscribirse en un largo ciclo de violento cambio de régimen microeconómico.)
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5 comentarios:

oti dijo...

¿Vos decís que la macro nunca cambió en la Argentina, en el sentido de que nunca fue sana?

Chespiritu del Bonsái dijo...

Claro. No existe la macroeconomía en Argentina. Nunca existió.

De ahí que la (macro)economía real o empírica haya sido desastroza; tanto durante períodos aperturistas como en períodos diametralmente inversos.

Fíjese lo siguiente.

La centralización tributaria impide la posibilidad de tener una flotación del valor de la moneda en términos del dolar.

Como la centralización tributaria obliga a la tasa de ahorro de la economía a caer (lo que se traduce en un aumento "de prepo" en el consumo), genera un problema inconmensurable.

Imaginese una tasa de inflacion de 12% anual de raíz cambiaria.

Ahora sumele que cae la tasa de ahorro interno.

Supuestamente, la inflación cambiaria es para que se desarrolle un cierto proceso de inversion interna en ciertas actividades.

Pero cuando eso tiene que ocurrir, empieza a caer la tasa de ahorro interno, y por ello, la inversión interna (sin contar ladrillos)decrece, mientras que el consumo crece muy rapido.

Eso es un problema inmenso, porque la tasa de ahorro interno tendria que crecer tanto como para que la inversion crezca, reemplazando al consumo (para mantener un nivel dado de empleo), con lo que la tasa de inflacion quedaria constante (al nivel de la inflacion cambiaria); pero puesto que la inversion productiva en cierto sentido "converge" hacia las actividades que supuestamente se estarían apuntalando por el tipo de cambio (y la inflacion cambiaria), el aumento de la tasa de ahorro interno, aumento mediante de la tasa de inversion productiva, permitiría empezar a revaluar gradualmente la moneda sin perder competitividad alguna.

(Una revaluacion que hubiera significado fijacion respecto de las monedas no dolar; fijacion como la que mantuvieron los vecinos emergentes, que revaluaban para mantener un valor fijo).

Por ende, la centralizacion tributaria impide mantener un valor fijo contra las monedas no dolar (fijacion que se da revaluando en terminos del dolar), y obliga a devaluarse (junto con el dolar) contra todas esas monedas, para sobrellevar los efectos (sobre la tasa de inversion productiva interna) que trae la caida obligada de la tasa de ahorro.

Fijese que en el debate de las retenciones, no se menciono la descentralizacion de las mismas, sino su nivel. Esto solo, revela que la macroeconomia no existe aqui.

La descentralizacion completa de las retenciones (en algun nivel), podria haber permitido una flotacion (respecto del Dolar=fijacion respecto de las monedas no dolar)descendente del peso, sin perder competitividad alguna (y por ende, extraña a toda cuestion de restriccion externa, etc.).

Como adicional, fíjese que en los 90, tampoco se pudo flotar, y ello dio una crisis gigante. Y la solucion vernacula es siempre la misma (bajar el gasto publico), en vez de bajar la centralizacion tributaria y flotar.

Chespiritu del Bonsái dijo...

Claro. No existe la macroeconomía en Argentina. Nunca existió.

De ahí que la (macro)economía real o empírica haya sido desastroza; tanto durante períodos aperturistas como en períodos diametralmente inversos.

Fíjese lo siguiente.

La centralización tributaria impide la posibilidad de tener una flotación del valor de la moneda en términos del dolar.

Como la centralización tributaria obliga a la tasa de ahorro de la economía a caer (lo que se traduce en un aumento "de prepo" en el consumo), genera un problema inconmensurable.

Imaginese una tasa de inflacion de 12% anual de raíz cambiaria.

Ahora sumele que cae la tasa de ahorro interno.

Supuestamente, la inflación cambiaria es para que se desarrolle un cierto proceso de inversion interna en ciertas actividades.

Pero cuando eso tiene que ocurrir, empieza a caer la tasa de ahorro interno, y por ello, la inversión interna (sin contar ladrillos)decrece, mientras que el consumo crece muy rapido.

Eso es un problema inmenso, porque la tasa de ahorro interno tendria que crecer tanto como para que la inversion crezca, reemplazando al consumo (para mantener un nivel dado de empleo), con lo que la tasa de inflacion quedaria constante (al nivel de la inflacion cambiaria); pero puesto que la inversion productiva en cierto sentido "converge" hacia las actividades que supuestamente se estarían apuntalando por el tipo de cambio (y la inflacion cambiaria), el aumento de la tasa de ahorro interno, aumento mediante de la tasa de inversion productiva, permitiría empezar a revaluar gradualmente la moneda sin perder competitividad alguna.

(Una revaluacion que hubiera significado fijacion respecto de las monedas no dolar; fijacion como la que mantuvieron los vecinos emergentes, que revaluaban para mantener un valor fijo).

Por ende, la centralizacion tributaria impide mantener un valor fijo contra las monedas no dolar (fijacion que se da revaluando en terminos del dolar), y obliga a devaluarse (junto con el dolar) contra todas esas monedas, para sobrellevar los efectos (sobre la tasa de inversion productiva interna) que trae la caida obligada de la tasa de ahorro.

Fijese que en el debate de las retenciones, no se menciono la descentralizacion de las mismas, sino su nivel. Esto solo, revela que la macroeconomia no existe aqui.

La descentralizacion completa de las retenciones (en algun nivel), podria haber permitido una flotacion (respecto del Dolar=fijacion respecto de las monedas no dolar)descendente del peso, sin perder competitividad alguna (y por ende, extraña a toda cuestion de restriccion externa, etc.).

Como adicional, fíjese que en los 90, tampoco se pudo flotar, y ello dio una crisis gigante. Y la solucion vernacula es siempre la misma (bajar el gasto publico), en vez de bajar la centralizacion tributaria y flotar.

oti dijo...

Podría ser que la nacionalizción de la economía (depósitos bancarios y comercio exterior) resuelvan el problema de la inversión al hacer que el Estado ahorre e invierta al mismo tiempo, lo que cambiaría el escenario y generaría nuevas expectativas de rentabilidad.

El sentido de esto es el bloqueo casi total de la "fuga" de capitales y la inmediata inversión de la misma. Los rubros podrían ser: transportes (FF.CC de última generación), obras hidráulicas (para facilitar riego y, a su vez, prevenir inundaciones), energía nuclear.

Esto podría alimentar un movimiento interno de optimismo porque requerirá la actividad y proliferación de muchas pequeñas y medianas empresas que proveerán a esas grandes obras.

Chespiritu del Bonsái dijo...

Fíjese que la intervención del BCRA de los últimos años, es una forma de nacionalizar la economía, en el sentido de que, en algún caso (no en el observado aqui), puede ser compatible con objetivos de politica de balance externo (lo que puede incluir politica de industrialización, exportación, etc.).

Sin embargo, tener una politica de moneda barata sostenida por el BCRA con dichas metas, y al mismo tiempo conducir una politica macroeconomica de recorte de la tasa de ahorro, constituyen un sinsentido (o algo peor).

Lo que ud. refiere, que el Estado controlada el crédito y el comercio exterior, también padecería una amplia desarticulación (como política económico-social), si al mismo tiempo el propio Estado condicionara la tasa de ahorro privado, a recortarse período a período.

En un tal caso, los resultados de tales controles se verían truncos de manera intermitente, debido al comportamiento que el sector privado adopta nada menos que impulsado por la otra parte de la política económica del Estado.

El costo de tal incoherencia es inmenso y suele transferirse a la sociedad a traves de una (nueva) devaluacion.

Fíjese que los partidarios de un peso barato, nunca mencionan el requerimiento de una alta tasa de ahorro (y menos aun, la irreversible inconveniencia de una politica impositiva que castiga el ahorro).

Supply Side?